Cuando creas páginas web para ganar dinero, llega un momento en el que te planteas subcontratar la redacción de posts o no hacerlo.
En este artículo voy a contarte mi experiencia personal escribiendo yo el contenido, dejando que otros redactores se encarguen y subcontratando a una empresa de redacción.
Pros y contras de cada redactor de contenido y, sobre todo, conclusiones directas.
Algunas van a levantar ampollas, porque al final te voy a hablar de una empresa de redacción que no me ha hecho un buen trabajo y de unos redactores que sí lo han hecho.
Los textos de tu web
Los expertos en SEO insistimos en la importancia de la arquitectura web, de los parámetros técnicos, los SEO titles, las meta description, los…
¿Sabes cuál es en realidad la clave de cualquier web?
Sus textos.
O mejor dicho, a través de los textos de una web la competencia puede superarte con facilidad…, o tú puedes superarlos a ellos.
Así que una buena redacción de contenidos, tanto a nivel semántico, como a nivel SEO, son CLAVES para el éxito de una web.
Por tanto, primera pregunta: ¿redacto yo mi contenido o lo redacta otro?
Ventajas y desventajas de redactar nuestro propio contenido
En esta vida existen dos recursos principales: tiempo y dinero.
Redactar tú el contenido consume TIEMPO y ahorra dinero.
Con tiempo suficiente y ciertas habilidades básicas, uno puede redactar su propio contenido. De hecho, si sabes un poco de SEO básico y tienes la capacidad de expresarte por escrito sin faltas de ortografía y de forma legible…, puedes conseguir unos MUY buenos textos.
Por eso hay webs personales que, sin muchas nociones de SEO, dominan Google en su temática. Porque escriben buen contenido y lo escriben bien.
Además, eso te permite aportarles tu tono personal, puedes añadir todos esos matices y elementos subconscientes que no se te ocurriría si no lo escribieras tú y te sirven para crear tu marca personal.
- Te sale gratis
- Más detallista y original
- Puedes construir tu marca personal
- Suelen ser textos de mayor calidad
- Sueles resistir mejor los cambios de algoritmo de Google
- Necesitas invertir mucho tiempo
- Necesitas las habilidades y conocimientos para hacerlo
- Debes conocer el tema del que quieres hablar
- Generas contenido mucho más despacio
Una página como esta es uno de esos ejemplos en los que escribir tú mismo el contenido tiene más ventajas que inconvenientes.
Y todas las páginas web que hacemos para nuestros clientes, en realidad, han sido redactadas handmade hasta hace bien poco, que contamos con los profesionales adecuados para hacerlo. No ha sido fácil encontrarlos (somos demasiado exigentes), tampoco es barato, pero los resultados son inmejorables.
Ventajas y desventajas de contratar redactores
En el otro lado del espectro, tenemos la opción de gastar DINERO y ahorrarnos tiempo.
¿Cómo?
Contratando a alguien para que redacte nuestros textos.
Esta es la opción preferida de aquellos que crean muchas páginas web para monetizarlas con métodos pasivos como AdSense o Amazon afiliados.
También es la opción que utilizan empresas o emprendedores que ya han llegado a cierto punto en el que no les compensa invertir tiempo o esfuerzo en generar su propio contenido.
Pero ahora hablaremos de los tipos de redactores.
En esta opción tenemos principalmente tres problemas: la calidad del redactor, sus conocimientos SEO y que consigan captar el tono que tú quieres transmitir.
- Ahorras mucho tiempo
- No tienes por qué dominar el tema del que vas a hablar
- Puedes generar mucho contenido en paralelo
- Es caro (luego hablaremos de cuánto)
- Encontrar un buen redactor no es fácil…
- …que además sepa SEO, tampoco.
- La calidad de los textos baja
Aunque claro, esas contras hay que cogerlas con pinzas. Porque si tu presupuesto es elevado y puedes permitirte un redactor que, como yo, sea consultor SEO y copywriter, tus textos llegarán hasta lo más alto.
Redactores de contenido y redacción de textos
Si estás leyendo esto, es que te interesan los redactores de texto.
Pero lo que debes entender, es que cuando hablamos de redactores digitales, hay que distinguir dos categorías. Más aún si tu trabajo es generar textos que quieres posicionar en Google para ciertas búsquedas concretas.
Categoría 1: redactores de texto
Redactores de texto, de contenido contextual. Expertos en un área que quieres que te expliquen algo sobre un tema.
Por ejemplo, expertos en literatura que quieres que te escriban sobre los siglos de oro en la literatura española.
Tipos que saben cuándo fueron los siglos de oro, qué escritores destacaron, por qué lo hicieron… Y te van a hacer una redacción de textos impecable desde un punto de vista de narrativa, de forma literaria.
A este redactor le pides contenido, no le pides una arquitectura concreta ni cosas más técnicas, porque no es…
Categoría 2: redactores SEO
Redactores de contenido para SEO.
Gente que sabe lo que es la arquitectura del contenido, entiende la distribución de H1, H2, H3, sabe lo que son las palabras clave, dónde ponerlas, en qué cantidad, con qué variaciones…
Un redactor SEO escribe contenido que es bonito a ojos de Google y que es fácil de leer para los usuarios (para que los usuarios tengan una buena experiencia y le gustes más a Google).
Redactores SEO y contenido para SEO
Cuando hablamos de páginas web, lo que nos interesan son contenidos para SEO y por tanto redactores SEO.
Antes de contratar a nadie, asegúrate de dos cosas:
1) Que tiene nociones de SEO y sabe redactar contenidos específicos para buscadores.
2) Que tiene nociones narrativas suficientes como para contar una buena historia en sus contenidos.
¿No se presupone la segunda?
Para nada: te puedes encontrar gente que hace textos que de forma SEO son correctos, pero que a nivel de redacción son un churro… o viceversa.
¿Y por qué no nos interesan los redactores de textos sin SEO?
Mira, te lo diré con un ejemplo.
A mí me contrató un equipo médico hace unos años para que les mejorase el SEO de la web. Expertos en sus áreas que sabían más que nadie de patologías, síntomas, tratamientos…
Redactaban unos textos técnicos que flipas, con un nivel de detalle increíble y que podrían aparecer en los libros de medicina de sus respectivas especialidades.
Pero, ¿sabes qué pasaba?
Que no los leían ni ellos.
¿Sabes por qué no posicionaban? Porque eran aburridos, feos de leer, pesados y un auténtico tostón.
Su redacción de textos técnica era, quizá, impecable; pero su capacidad empática, sus habilidades de copy y sus nociones de SEO eran nefastas.
Ten en cuenta el coste
A todo esto tienes que sumarle el factor dinero. Un redactor de textos normal y poco especializado, será barato.
Si escribe para un área muy especializada, será más caro.
Si además sabe de SEO, será más caro.
Y si encima es copywriter…
Redactores freelance o empresas de redacción
Llegados a este punto, ya sabes distinguir a un buen redactor SEO, de un (bueno también) redactor de textos.
Entonces, ¿dónde encuentras a esas personas que te van a escribir el contenido?
Como en todo en esta vida, tienes dos opciones: buscar profesionales individuales que redacten textos para ti, o contratar a una empresa.
Contratar redactores freelance
Sobre buscarlos te hablaremos otro día, pero hay un detalle que debes conocer. Con los redactores freelance, normalmente, hay que invertir un tiempo en formarlos para que cumplan con tus requisitos.
Son más baratos que una empresa de redacción, sí, pero cuesta más tiempo y, al ser individuos, pueden tardar más que una empresa. La gran ventaja que tienen es que tienes contacto directo con ellos.
Contratar empresas de redacción
Por otra parte, existen empresas que tienen redactores en nómina de todos los países, con muchas especializaciones diferentes y…. Eso supone una ventaja cuando redactas contenido para distintos países y de distintas temáticas.
Pero sale más caro y, lo que menos nos gusta a nosotros, no tienes contacto directo con el equipo de redacción. Solo sueles tratar con el editor y todas las preguntas y respuestas pasan por él, ralentizando el proceso.
Una buena experiencia
Nuestro fundador, David Olier, tiene miles de personas apuntadas al newsletter que envía todos los días. Un día envió un email hablando de un proyecto nuevo, de los problemas que estaba teniendo y… ¡boom! De pronto se encontró con más de una docena de personas ofreciéndole sus servicios de redacción.
Después de varias entrevistas y varias pruebas (no todas exitosas), dio con dos personas que hacen una labor increíble. Escriben bien, tienen las nociones de SEO suficiente como para que el texto sea bueno a ojos de Google, tienen una tarifa asequible y trabajan rápido.
¿Qué más se puede pedir?
Una mala experiencia
Cuando empezamos en esto de subcontratar textos, no teníamos tiempo para hacer lo que hizo David con esos redactores. Así que trabajamos con una empresa de contenidos para SEO que, se suponía, tenía una calidad y una reputación intachables.
Primer problema: la comunicación.
Los emails no los leían, solo whatsap y a pesar de acordar una fecha de inicio, no empezaban a trabajar entonces. Se quedaban sentados semanas esperando a algo que no habían pedido, sin reclamarlo.
Segundo problema: los tiempos.
De los primeros 88 textos del primer mes, no entregaron ninguno. Tampoco el segundo mes…
Tercer problema: el briefing… ¿qué briefing?
Dedicamos varias horas a prepararles un documento explicando cada cosa que necesitabamos, un excel con títulos, estructuras y palabras clave, un vídeo explicativo de cómo debía ser cada tipo de contenido y también creamos todas las URL con su estructura de H2/H3 interna.
Para ponérselo más fácil, creamos un bloque de cada cosa para que solo tuvieran que duplicar. Bien, el resultado es que hemos necesitado invertir dos días de trabajo extra para rehacer todo lo que han deshecho o hecho mal en esos 88 textos.
Conclusión
Si tienes el dinero y el tiempo de buscar y formar a tu propio equipo de redactores, te invito a que lo hagas.
El control que obtienes del proceso, la calidad que puedes extraer de cada redactor, la velocidad de redacción y el precio al que lo vas a pagar, es todo mucho mejor.
Si no tienes ese tiempo disponible, entonces vete a por una empresa de redacción.
Eso sí, infórmate bien antes para saber qué tal hacen su trabajo, no te vaya a pasar como a mí.